sábado, 25 de octubre de 2008

Fiestas callejeras a las 12.30 de la noche. ¿Con el permiso de quién?

Envío realizado esta mañana al grupo de Google VECINOS MIRAFLORINOS.


Mi hija tiene un año y medio, le están saliendo los dientes y le cuesta agarrar sueño. A nosotros, sus padres, también.

Las últimas dos noches [jueves 23 y viernes 24 de octubre], pasó por Larco una caravana musical con tambores, pitos, alaridos y demás ruidos. Parecía una celebración por una victoria peruana en fútbol. Parecía, digo, ya sabemos que no lo era… Anoche me asomé por la ventana para identificar cuál era la procedencia de tal algarabía y me pareció que el festejo provenía del Mirabús ese sin techo que hace recorridos nocturnos por Lima, pero no puedo confirmarlo. Lo que sí puedo confirmar -hasta con las ojeras miraflorinas que adornan mis párpados esta mañana- es que el reloj marcaba las 12.34 de la medianoche.

Yo vivo en Tarata, junto a decenas [seguro poco más de un ciento] de familias que ya tenemos suficientes inconvenientes para dormir gracias a que nadie silencia las risotadas de los bromistas en grupo que se juntan a tomar chelas y demás alcoholes en las bancas de este maltratado jirón del centro de Miraflores. También colaboran con nuestro insomnio crónico -parte ya de las tradiciones miraflorinas, si es que aún queda alguna- los bramidos destemplados de los cobradores de combis y coasters [que no se pronuncia “custers”, esos son los pantalones], a quienes -qué raro, ¿no?- les importa ocho rábanos, doce pepinos y dieciséis carajos que existan seres humanos a su alrededor a menos que tengan un sol en el bolsillo y precisen salir de Miraflores con destino a ¡jayerprao-lamarina-fossssseeee!

A ver si en este foro hay alguien que pueda cerrarle el hocico a estos cobradores, dejar de darle venia a buses parranderos para transportar a personas que no distinguen las manecillas del reloj y poner por lo menos un sereno por las noches en la poco serena Tarata para que las carcajadas y los aullidos de quienes tienen solo 7 lucas para pasar una noche de distensión en nuestra cuadra sean invitados a retirarse hacia algún local cerrado o a la puerta de sus casas a fregarle la paciencia a sus papis y no a nosotros.

Gracias (a los miembros de esta lista por leer y a quien pueda hacer algo solo si logra hacerlo).

Sino, le tendremos que cambiar el nombre al distrito de Miraflores a Oyeruidos.

martes, 21 de octubre de 2008

Discurso de Nicolás Sarkozy sobre la situación financiera internacional



DISCURSO DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA FRANCESA, 
NICOLAS SARKOZY 
- EXTRACTO - SITUACIÓN FINANCIERA INTERNACIONAL

(Toulon, 25 de septiembre de 2008)


Señoras y Señores Ministros,
Señoras y Señores Parlamentarios

Si he querido dirigirme esta tarde a los Franceses es porque la situación de nuestro país lo exige.
Soy consciente de mi responsabilidad en estas circunstancias excepcionales.
Una crisis de confianza sin precedente desestabiliza la economía mundial. Las grandes instituciones financieras están amenazadas, millones de pequeños ahorristas en el mundo que depositaron sus ahorros en la bolsa ven cómo su patrimonio se descompone día tras día, millones de jubilados que han cotizado en fondos de pensiones temen por su jubilación, millones de hogares modestos viven momentos difíciles por el alza de los precios.
Como en todo el mundo, los Franceses temen por sus ahorros, por su empleo y por su poder adquisitivo.
El miedo es sufrimiento.
El miedo impide emprender, el miedo impide implicarse.
Cuando se tiene miedo, no se tienen sueños; cuando se tiene miedo, uno no piensa en el futuro.

Hoy, el miedo es la principal amenaza para la economía.
Hay que vencer ese miedo. Es la labor más urgente. No se vencerá, no se restablecerá la confianza con mentiras, sino diciendo la verdad.
Los Franceses quieren la verdad y estoy convencido de que están dispuestos a escucharla.
Si sienten que se les esconde algo, la duda crecerá.
Si están convencidos de que no se les oculta nada, hallarán en ellos mismos la fuerza para superar la crisis.
Decir la verdad a los Franceses es decirles que la crisis no ha terminado, que sus consecuencias serán duraderas, que Francia está demasiado implicada en la economía mundial como para pensar siquiera un instante que pueda estar protegida contra los acontecimientos que, ni más ni menos, desequilibran el mundo.
Decir la verdad a los Franceses es decirles que la crisis actual tendrá consecuencias en el crecimiento, en el desempleo, en el poder adquisitivo durante los próximos meses.

Decir la verdad a los Franceses es decir, en primer lugar, la verdad sobre la crisis financiera.
Porque esta crisis, sin igual desde los años 30, marca el final de un mundo construido tras la caída del Muro de Berlín y el final de la Guerra Fría.
Ese mundo fue impulsado por un gran sueño de libertad y de prosperidad.
La generación que venció al comunismo había soñado con un mundo donde la democracia y el mercado resolverían todos los problemas de la humanidad. Había soñado con una mundialización feliz que acabaría con la pobreza y la guerra.
Este sueño ha empezado a hacerse realidad: las fronteras se han abierto, millones de hombres han escapado a la miseria, pero el sueño se ha quebrado con el resurgimiento de los fundamentalismos religiosos, los nacionalismos, las reivindicaciones identitarias, el terrorismo, los dumpings, las deslocalizaciones, las derivas de las finanzas globales, los riesgos ecológicos, el agotamiento anunciado de los recursos naturales, las revueltas del hambre.
En el fondo, con el final del capitalismo financiero –que había impuesto su lógica a toda la economía y que había fomentado su perversión– muere una determinada idea de la mundialización.
La idea de la omnipotencia del mercado que no debía ser alterado por ninguna regla, por ninguna intervención pública; esa idea de la omnipotencia del mercado era descabellada.
La idea de que los mercados siempre tienen razón es descabellada.
Durante varios decenios, se han creado las condiciones que sometían la industria a la lógica de la rentabilidad financiera a corto plazo.
Se han ocultado los riesgos crecientes que había que correr para obtener rendimientos cada vez más exorbitantes.
Se han desarrollado sistemas de remuneración que incitaban a los operadores a correr cada vez más riesgos inconsiderados.
Se ha fingido creer que los riesgos desaparecían uniéndolos.
Se ha permitido que los bancos especulen en los mercados en vez de hacer su trabajo que consiste en invertir el ahorro en desarrollo económico y analizar el riesgo del crédito.
Se ha financiado al especulador y no al emprendedor.
No se han controlado las agencias de calificación y los fondos especulativos.
Se ha obligado a las empresas, a los bancos, a las aseguradoras a inscribir sus activos en las cuentas a precios del mercado que aumentan y se reducen en función de la especulación.
Se ha sometido a los bancos a reglas contables que no garantizan la gestión correcta de los riesgos
y que, en caso de crisis, agravan la situación en vez de amortiguar el choque.
¡Es una locura y hoy pagamos por ello!
Este sistema donde el responsable de un desastre puede partir con un paracaídas dorado, donde un corredor de bolsa puede hacer perder 5000 millones de euros a su banco sin que nadie se dé cuenta, donde se exige a las empresas rendimientos tres o cuatro veces más elevados que el crecimiento real de la economía, este sistema ha creado profundas desigualdades, ha desmoralizado a las clases medias y ha
fomentado la especulación en los mercados inmobiliarios, de materias primeras y de productos agrícolas.

Pero este sistema –hay que decirlo porque es la verdad– no es la economía de mercado, no es el capitalismo.

La economía de mercado es el mercado regulado, el mercado al servicio del desarrollo, al servicio de la sociedad, al servicio de todos. No es la ley de la jungla, no son beneficios exorbitantes para unos y sacrificios para todos los demás. La economía de mercado es la competencia que reduce los precios, que elimina las rentas y que beneficia a todos los consumidores.
El capitalismo no es el corto plazo, es el largo plazo, la acumulación de capital, el crecimiento a largo plazo.
El capitalismo no es la primacía del especulador.
Es la primacía del emprendedor, la recompensa del trabajo, del esfuerzo, de la iniciativa.
El capitalismo no es la disolución de la propiedad, la irresponsabilidad generalizada.
El capitalismo es la propiedad privada, la responsabilidad individual, el compromiso personal, es una ética, una moral, instituciones.
De hecho, el capitalismo ha posibilitado el extraordinario auge de la civilización occidental desde hace siete siglos.
La crisis financiera que vivimos hoy, mis queridos compatriotas, no es la crisis del capitalismo.
Es la crisis de un sistema que se ha alejado de los valores más fundamentales del capitalismo, que ha traicionado al espíritu del capitalismo.
Quiero decirlo a los Franceses: el anticapitalismo no ofrece ninguna solución a la crisis actual.
Reanudar con el colectivismo que tantos desastres provocó en el pasado sería un error histórico.
Pero no hacer nada, no cambiar nada, conformarse con cargar al contribuyente todas las pérdidas y fingir que no ha pasado nada también sería un error histórico.
Mis queridos compatriotas, podemos salir reforzados de esta crisis. Podemos salir y podemos salir reforzados, si aceptamos cambiar nuestro modo de pensamiento y nuestros comportamientos.
Si hacemos el esfuerzo necesario para adaptarnos a las nuevas realidades que se imponen a nosotros. Si actuamos, en vez de padecer.

* * *
La crisis actual debe incitarnos a refundar el capitalismo en una ética del esfuerzo y del trabajo, a encontrar de nuevo un equilibrio entre la libertad necesaria y la regla, entra la responsabilidad colectiva y la responsabilidad individual.
Tenemos que alcanzar un nuevo equilibrio entre el Estado y el mercado, cuando en todo el mundo los poderes públicos se ven obligados a intervenir para salvar el sistema bancario del derrumbe.
Debe instaurarse una nueva relación entre la economía y la política mediante el desarrollo de nuevas reglamentaciones.
La autorregulación para resolver todos los problemas, se ha acabado.
El laissez-faire, se ha acabado.
El mercado que siempre tiene razón, se ha acabado.
Hay que aprender de la crisis para que no se reproduzca. Hemos estado al borde de la catástrofe, el mundo ha estado al borde de la catástrofe, no podemos correr el riesgo de empezar de nuevo.
Si queremos construir un sistema financiero viable, la moralización del capitalismo financiero es una prioridad.

* * *

No dudo en decir que los modos de remuneración de los dirigentes y de los operadores deben estar enmarcados.
Ha habido demasiados abusos, demasiados escándalos.
O los profesionales se ponen de acuerdo sobre las prácticas aceptables o el Gobierno de la República resolverá el problema mediante la ley antes de fin del año.
Los dirigentes no deben tener el estatuto de mandatario social y beneficiar a la vez de las garantías de un contrato de trabajo.
No deben recibir acciones gratuitas.
Su remuneración debe fundarse en los resultados económicos reales de la empresas.
No deben poder optar por un paracaídas dorado cuando han cometido faltas o han puesto a su empresa en dificultad. Y si los dirigentes están interesados por el
resultado –es algo positivo– los demás asalariados de la empresa, en particular los más modestos, también deben estarlo, puesto que ellos también participan en la riqueza de la empresa. Si los dirigentes tienen stock options, los demás asalariados también deben tenerlas o beneficiar de un sistema de incentivos.
He aquí algunos principios sencillos basados en el sentido común y en la moral elemental en los que no cederé.
Los dirigentes perciben remuneraciones elevadas porque tienen grandes responsabilidades.
Pero no se puede querer un buen salario y no asumir las responsabilidades.
Ambas cosas van unidas.

Es aún más cierto en el campo de las finanzas.
¿Cómo admitir que tantos operadores financieros salgan ganado, cuando durante años se han enriquecido conduciendo a todo el sistema financiero a la situación actual?
Se han de buscar responsabilidades y los responsables de este naufragio deben, al menos, ser sancionados financieramente.
La impunidad sería inmoral.

No podemos conformarnos con hacer pagar a los accionistas, a los clientes, a los asalariados, a los contribuyentes y exonerar a los principales responsables.
¿Quién podría aceptar algo que sería, ni más ni menos, una gran injusticia?
Además, hay que reglamentar los bancos para regular el sistema, ya que los bancos son el núcleo del sistema.
Hay que dejar de imponer a los bancos reglas de prudencia que incitan primero a la creatividad contable y no a gestionar con rigor los riesgos. En el futuro, habrá que controlar mucho mejor la forma en la que desempeñan su oficio, el modo de evaluación y de gestión de los riesgos, la eficacia de los controles internos, etc.
¡¡¡Habrá que imponer a los bancos financiar el desarrollo económico y no la especulación!!!

La crisis que vivimos debe conducirnos a una reestructuración de gran amplitud de todo el sector bancario mundial.
Teniendo en cuenta lo que acaba de ocurrir y la importancia de las implicaciones para el futuro de nuestra economía, es evidente que, en Francia, el Estado estará atento y desempeñará un papel activo.
Habrá que enfrentarse al problema de la complejidad de los productos de ahorro y de la opacidad de las transacciones para que cada uno pueda evaluar realmente los riesgos que corre.
Pero también habrá que plantearse preguntas polémicas como la de los paraísos fiscales, las condiciones en las que se realizan las ventas al descubierto que permiten especular vendiendo títulos que no se poseen o la cotización continua que permite comprar y vender en todo momento activos y que influye–como sabemos– en las aceleraciones del mercado y en la creación de burbujas especulativas.
Habrá que interrogarse sobre la obligación de contabilizar los activos al precio del mercado que tanto desestabilizan en caso de crisis.
Habrá que controlar a las agencias de calificación que –insisto en ello– han presentado fallas.
De ahora en adelante, ninguna institución financiera, ningún fondo deben poder escapar al control de una autoridad de regulación.

Pero la reorganización del sistema financiero no sería completa, si a la par no se previera acabar con el desorden monetario.
La moneda está en el centro de la crisis financiera y de las distorsiones que afectan a los intercambios mundiales.

Si no somos cuidadosos, el dumping monetario acabará por engendrar guerras
comerciales extremadamente violentas y dará vía libre al peor proteccionismo.

Ya que el productor francés puede obtener todos los beneficios de productividad que quiera o que pueda. Puede incluso competir con los salarios reducidos de los obreros chinos, pero no puede compensar la infravaloración de la moneda china.

Nuestra industria aeronáutica puede ser muy eficaz, pero no puede luchar contra la ventaja competitiva que la infravaloración crónica del dólar da a los constructores estadounidenses.
Por tanto, reitero hasta qué punto me parece necesario que los Jefes de Estado y de Gobierno de los principales países concernidos se reúnan antes a fin de año para extraer las lecciones de la crisis financiera y coordinar sus esfuerzos para restablecer la confianza. He realizado esta propuesta de pleno acuerdo con la Canciller alemana, la Sra. Merkel, con quien me he entrevistado y con quien comparto las mismas preocupaciones a propósito de la crisis financiera y sobre las lecciones que vamos a tener que extraer.
Estoy convencido de que el mal es profundo y de que hay que renovar todo el sistema financiero y monetario mundial, como en Bretton Woods después de la II Guerra mundial.

Así, podremos crear herramientas para una regulación mundial que la globalización y la mundialización de los intercambios hacen necesarias.
No se puede seguir gestionando la economía del siglo XXI con los instrumentos
económicos del siglo XX.
Tampoco se puede concebir el mundo del mañana con las ideas de ayer.
Cuando los bancos centrales hacen todos los días la tesorería de los bancos y cuando el contribuyente estadounidense va a gastar un billón de dólares para evitar una quiebra generalizada, ¡me parece que la cuestión de la legitimidad de los poderes públicos para intervenir en el funcionamiento del sistema financiero ya no se plantea!
A veces, la autorregulación es insuficiente.
A veces, el mercado se equivoca.
A veces, la competencia es ineficaz o desleal.
Entonces, el Estado tiene que intervenir, imponer reglas, invertir, tomar
participaciones, a condición de que sepa retirarse cuando su intervención ya no sea necesaria.
No habría nada peor que un Estado preso de los dogmas, preso de una doctrina rígida como una religión.

Imaginemos cómo estaría el mundo, si el Gobierno estadounidense no hubiese hecho nada frente a la crisis financiera, con el pretexto de respetar una supuesta ortodoxia en materia de competencia, de presupuesto o de moneda.

En estas circunstancias excepcionales en las que la necesidad de actuar se impone a todos, llamo a Europa a reflexionar sobre su capacidad para hacer frente a la urgencia, a concebir de nuevo sus reglas, sus principios, extrayendo lecciones de lo que ocurre en el mundo.
Europa debe dotarse de los medios necesarios para actuar cuando la situación lo exige y no condenarse a padecer.
Si Europa quiere preservar sus intereses, si quiere poder intervenir en la reorganización de la economía mundial, debe iniciar una reflexión colectiva sobre su doctrina de la competencia –a mi juicio, la competencia es sólo un medio y no un fin en sí–, sobre su capacidad para movilizar recursos para preparar el futuro, sobre los instrumentos de su política económica, sobre los objetivos asignados a la política monetaria.

Sé que es difícil porque Europa incluye 27 países, pero cuando el mundo cambia, Europa también debe cambiar. Debe ser capaz de transformar sus propios dogmas.
No puede estar condenada a la variable de ajuste de las demás políticas, por no disponer de medios para actuar. Y quiero hacer una pregunta seria: si lo ocurrido en Estados unidos, hubiese ocurrido en Europa, ¿con qué rapidez, con qué fuerza, con qué determinación se habría enfrentado Europa, con las instituciones y los principios actuales, a la crisis?

Para todos los europeos, es evidente que la mejor respuesta a la crisis debería ser europea.

En mi condición de Presidente de la Unión, propondré iniciativas en este sentido en el próximo Consejo europeo del 15 de octubre.

Simon y el costo de atarantarse


Ahora nos quejamos del desorden de un gabinete armado a las carreras y en respuesta a uns crisis política sobredimensionada por los irresponsables que quieren que las cosas vayan mal para que a ellos les vaya bien. Y a un mes de la cumbre del APEC. ¿Era tan necesario que Del Castillo se vaya? Está bien que se hayan ido Alva Castro y Garrido Lecca, eso nadie lo niega, pero hasta ahí nomás era la cosa.

Hoy he leído tres artículos MUY parecidos en dos diarios distintos. Los comparto con ustedes:




Podría leer más hoy, y seguro leeré más en los próximos días.

Parece que a Simon le queda grande o Alan está haciendo las cosas de tal manera que la gente ruegue que regrese Del Castillo y de paso Yehude se desinfle como candidato para el 2011. En política no hay coincidencias.

domingo, 19 de octubre de 2008

Que la urraca y su secta mononeuronal se vayan a volar: prefiero al águila

Luego de unos cuantos enfrentamientos verbales con cegatones fanáticos de Magaly en el Facebook, decidí darle un final feliz a mis inútiles intentos por ponerle una cuota de racionalidad a ese tema con alguna noticia que me alegrara la noche y me diera esperanzas de que el género humano no está perdido a pesar de la influencia nefasta y dolorosa de esta clase de especímenes que promueven la destrucción progresiva de la sensatez, la racionalidad, la [mínima] reflexión y la [necesaria] evolución.

Hoy la dura realidad me hizo aprender que Magaly no se creó a sí misma, sino que existe porque tiene millones de cerebros vacíos donde incubar saludablemente su putrefacción. Es el equilibrio natural de las especies menores que se mantienen entre ellas.

Magaly es la personificación de las sinapsis deterioradas de una población que ha optado por volverse estúpida porque así se siente mejor. Prefieren oir a leer, prefieren repetir a informarse, prefieren burlarse de otros que sufrir por ellos, prefieren tapar sus ojos con ampays que abrirlos a sus propias carencias.

Es tan real como triste: necesitan a Magaly para llenar sus propios vacíos.

Y no se las voy a quitar. Lo que yo tengo para darles y llenar ese vacío no lo pueden entender de tan simple que es. Ustedes necesitan materia fecal entre las sienes. Vayan a sacarla de Santa Mónica y elévenla al altar de la ignorancia y la mediocridad de la que se sienten orgullosos.

No puedo esperar nada más de ustedes. Ya es tarde: dejaron que la superficie anule lo que creen que no son. Ella ya los convirtió en lo que ella es: un parásito que se alimenta de los demás porque no tiene nada propio de qué servirse.

Hoy los seguidores de Magaly me ganaron. Yo no puedo descender hasta donde ellos descienden. Y no hablaré más del tema. No lo merecen. Ellos merecen a Magaly.

Vayan a hacer cola a la prisión y sáquenla en las andas hechas de la madera apolillada de su felicidad mediática, que dura lo que una tanda comercial. No hay nada capaz de hacerlos sentir más felices que eso. Disfruten del chisme, de la invasión de la privacidad y del falso periodismo que ella les da.

Pan y circo, eso es lo que quieren, y eso les tegala ella mientras vive de maravillas gracias a sus esclavos mentales. Vayan, orgullosos, alineados, marchando en el ejército de los sin identidad. Magaly es su líder, ustedes se la buscaron, ustedes se la merecen.

La noticia que me salvó de una depresión nocturna segura fue esta:


20MINUTOS.ES. 19.10.2008 - 20:49h
La lanzó desde un monte en parapente.
Él la acompañó en el vuelo.
Aviva las esperanzas de reinsertar a los animales en cautividad.

Sherkane es un águila americana de 14 años nacida y criada en cautividad. Ahora, podrá aprender a volar gracias a la ayuda de un humano, Jacques Olivier Travers.

El halconero subió con el águila a lo alto de Mont-Blanc, el punto más alto de los Alpes, y acopló al animal a un parapente con el que lo ayudó a emprender el vuelo. Además, Travers, se unió al viaje con el suyo propio.

Durante 40 minutos, hombre y águila volaron juntos en una experiencia que ha aumentado las esperanzas de de que los animales en cautividad puedan volver a la naturaleza.

Este verano, otro experto en vida animal enseñó a volar a una garza huérfana en el Reino Unido corriendo y agitando los brazos para que ésta lo imitara.

La sentencia completa a Magaly Medina

Acá está la sentencia completa del juzgado. No se necesita ser abogado para saber que el único error de la jueza fue darle 5 meses y no 1 año (mínimo) como dice la ley. Papelito manda...

Para verla, haz clic acá.

jueves, 16 de octubre de 2008

Magaly Medina: The bitch is in jail (ya era hora)

Cuando uno se ríe mucho de las miserias y errores de los demás, creyéndose infalible y todopoderoso, las carcajadas de convierten en llanto y las propias faltas le revientan a uno en la cara.


Actualización:

¿Qué dice la ley?


TITULO II - Delitos Contra el Honor


CAPITULO ÚNICO - INJURIA, CALUMNIA Y DIFAMACIÓN


Injuria
ARTÍCULO 130°.- El que ofende o ultraja a una persona con palabras, gestos o vías de hecho, será reprimido con prestación de servicio comunitario de diez a cuarenta jornadas o con sesenta a noventa días-multa.
Calumnia
ARTÍCULO 131°.- El que atribuye falsamente a otro un delito, será reprimido con noventa a ciento veinte días-multa.
Difamación
ARTÍCULO 132°.- El que, ante varias personas, reunidas o separadas, pero de manera que pueda difundirse la noticia, atribuye a una persona, un hecho, una cualidad o una conducta que pueda perjudicar su honor o reputación, será reprimido con pena privativa de libertad no mayor de dos años y con treinta a ciento veinte días-multa.

Si la difamación se refiere al hecho previsto en el artículo 131º, la pena será privativa de libertad no menor de uno ni mayor de dos años y con noventa a ciento veinte días-multa.

Si el delito se comete por medio del libro, la prensa u otro medio de comunicación social, la pena será privativa de libertad no menor de uno ni mayor de tres años y de ciento veinte a trescientos sesenticinco días-multa.

Es decir... incluso la juez ha sido benevolente en este caso.

Antes de chillar, es mejor informarse.

Esto es parte de un comentario que puse en Facebook con relación a la conversación que sobre el tema se armó en el perfil de una amiga:

"...la prensa (y ojo que yo soy parte de ella, así que no critico desde fuera) debe aprender a medirse y a ser decente. No todo vale con la excusa de la "libertad de prensa". Como dice el tío de Spider-Man: "con un gran poder, viene una gran responsabilidad". Las leyes en cada lugar son distintas y en prensa hay que aprender a ser responsable de los errores que se cometen sin echarle la culpa a otros. Cuando un periodista cae es siempre una cortina de humo, un abuso o un atentado contra la libertad de prensa. Hay derechos constucionales que no respetan algunos periodistas, como el libre tránsito, la libre reunión, la no discriminación, etc. Y eso debe penarse. Ya es hora de que Magaly y otros aprendan que el periodismo incluye la ética periodística".

Ahora los dejo con una columna que escribí en esta misma web hace unos meses:

viernes 4 de julio de 2008

Yo solo quería dormir y no podía. Tenía en mi mente la retorcida idea de escribir de una vez por todas acerca de esta mujer que, de tan pobre que es, solo tiene dinero.

Nada en ella es real: todo es actuado, operado, cosido o pintado. Como muchas. Pero, en su caso, la boca grande que la genética le dio solo sirve para decir: “Soy periodista” sin poder terminar una frase completa en recto castellano. Y no hablo de culto o castizo español, sino solo de rectitud.

Su cerebro es rápido para el escándalo pero lento para la autocrítica. Su corazón –atrofiado por un pasado al que le arranca los ojos con trapos, bisturís y puntos de rating- está tan descompuesto que no se da cuenta de que, al final, se volvió un producto de la misma realidad espantosa que ensaya criticar.

Cuando me entero de que Magaly intenta desacreditar a sus críticos preguntando: “¿A quién le ha ganado este?”, me pongo a pensar en quienes han sido derrotados por ella. Y pienso en todos los peruanos que la idolatran y se recrean con sus disfraces y rabietas. Pienso en todos aquellos quienes, noche tras noche, desde hace varios años o solo pocas lunas, donan una hora de solo 18 que pueden aprovechar en un día a una mujer que ha hecho de sus complejos, traumas y carencias una carrera.

¿Significa mi crítica que avalo a quienes ella denuesta? Seguro que ella querría usar ese razonamiento –falaz por supuesto- para deshonrarme. Pero, no le voy a dar ese gusto. Entierro en el mismo sarcófago putrefacto a quienes ella demuele. Quienes Magaly Medina utiliza para vivir son, junto a ella, miembros de la misma dinastía: la del escaso amor propio, la del “me vendo por ser rico y famoso”, la de la mediocridad doble –aquella que se escribe con doble M.

Magaly Medina no es el Congreso. Ella no fue elegida por gente que no sabe votar. Ella se creó a sí misma con retazos de aquellos a quienes atropella con sus frases en un castellano tan inventado como las maravillas de las que se jacta. No tengo nada que envidiarle. Sus logros serían mi vergüenza, su dinero suma menos que un ápice de mi dignidad, sus residencias alojan a mis fantasmas y su orgullo es el ANO de mi ser PERUANO.

Yo sé que esto no le va a servir a ella para recapacitar, ni es lo que quiero. Solo quiero arrancarme de adentro lo que no me dejaba dormir esta noche, cuando –de pura casualidad- tuve que quedarme mudo ante la pantalla rebosante de M que MM llenaba con ese color rojizo que produce el cólera de la cólera.

Me pido perdón a mí mismo por haber dedicado 10 minutos de mi tiempo a escribir sobre ella. Pero, por fin, puedo dormitar con calma y dar paso a otras pesadillas, de esas que, afortunadamente, aparecen solo cuando uno cierra los ojos.

Si algún sociólogo cree que me contradice al afirmar que Magaly Medina tiene un papel en la sociedad peruana, se equivoca. Estoy de acuerdo: su papel es el higiénico.

jueves, 9 de octubre de 2008

¿'Petrogate'? [ante tanta irresponsabilidad, comparto la columna de Beatriz Boza]


Estaba por escribir casi exactamente lo mismo. No me importa no ser el que da 'la' primicia ni el que tenga 'la' opinión sobre el tema. Lo que me importa es que, en estos momentos de crecimiento y buena imagen, empecemos a ser responsables y a no tirar al bebe con el agua del baño (en este caso, con el petróleo).


Rincón del autor. Ad portas del APEC no podemos cambiar al canciller o a la ministra Aráoz. La lucha contra la corrupción requiere medidas certeras que nos permitan avanzar
Por Beatriz Boza

El ama de casa sabe que si le roban en su hogar no es suficiente cambiar al personal sino que cambia las chapas y guarda en lugar seguro sus objetos de valor. Ella sabe que no basta cambiar personas, sino que se requiere contar con mayores medidas de seguridad, como, por ejemplo, instruir que nadie puede abrir su cartera o entrar a su habitación. Basta con que algún miembro del hogar vea a otro no autorizado abrir la cartera o ingresar a la habitación para indagar al respecto.

Ante el escándalo del 'Petrogate' que ha suscitado el total rechazo de la población, parece que la manera más eficaz que tenemos para lidiar con la corrupción es recurrir a despidos, investigaciones y castigos. Canalizamos nuestra impotencia ante la impunidad pidiendo sanciones drásticas, queremos ver rodar cabezas y cambiar el Gabinete. ¿Eso reducirá la corrupción? No. Porque cuando las medidas se centran en el cambio de actores y no en reforzar el sistema de seguridad contra la corrupción perdemos de vista que "en arca abierta hasta el justo peca". En el caso de Perú-Petro, se requieren sanciones drásticas y eficaces para dar un mensaje claro contra la corrupción, pero también tenemos que forjar un sistema que impida prácticas corruptas, basado en la transparencia, competencia y control.

Como ya lo hacen el Tribunal Constitucional y algunos reguladores, toda entidad debe publicar en su web las distintas reuniones que sostiene la autoridad con el sector privado. Además, toda concesión o alianza estratégica con el sector privado, como las que ha entablado Petro-Perú con el consorcio noruego, debe ser transparente y competitiva, especialmente si afecta el patrimonio estatal. Debemos reforzar los controles internos y externos. En el 2006, por ejemplo, se le quitaron los controles internos a Petro-Perú. Ahora más que nunca, el Congreso debería revertir esa situación y someter a Petro-Perú al control del Fonafe, del SNIP y del Consucode. El país requiere de un contralor general de la República de reconocida solvencia, trayectoria e independencia, como es el caso de Beatriz Merino. Es imperioso pensar en personas de la talla de Lourdes Flores, Susana Villarán o Cecilia Blondet para darle a la contraloría el sitial que requiere en la vida del país.

Ad portas del APEC no podemos cambiar al canciller o a la ministra Mercedes Aráoz que vienen haciendo un buen papel. La lucha contra la corrupción requiere medidas certeras e inteligentes que nos permitan avanzar.
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